Hace unos días hubo un pleno en el Ayuntamiento del Valle de Ezkabarte en el que la señora alcaldesa no quiso dar voz a ningún concejal. Ni siquiera a los suyos ni a otras personas interesadas para defender u oponerse al proyecto de ubicar una cartuja en Náguiz.
Creo que esto es la mayor cacicada que se puede hacer en una democracia, pues el Ayuntamiento es de todos los habitantes del valle. No sólo de la señora alcaldesa. ¿Es esto democracia? ¿Qué intereses tiene? Si tanto defiende Náguiz, que lo deje como está. De lo contrario, que se haga responsable ella o sus descendientes de que nunca jamás ocupará, si llegara el caso, la dichosa cartuja gente ajena a los cartujos. Y que no pase como en el señorío de Adériz que, con excusas de rehabilitación como regalo a la señora del señor Elizalde y muchas ayudas recibidas del Gobierno de Navarra, actualmente lo ocupa gente del Opus o similares.
¿Cómo puede el Gobierno de Navarra consentir dicha aberración? Desde aquí animo a todo el valle y a Naguiz Bizirik a defender la no ubicación de la cartuja en dicho señorío y dejarlo todo como está. Que bastante daño han causado ya.
A.C.A.L.E.
fuente : "Diario de Noticias"
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