4 ediles acordaron que no se permita construir en suelo forestal y otros 3 advierten de posibles consecuencias económicas
La oposición de una parte del valle de Ezcabarte al proyecto para instalar una cartuja en el Señorío de Náguiz se visualizó ayer en el pleno municipal. Cuatro de los ocho concejales que acudieron a una sesión extraordinaria acordaron suspender las licencias en suelo forestal. En la práctica, la medida bloquea el proyecto presentado dos días antes para edificar un monasterio de esta orden.
Los tres concejales que se opusieron al acuerdo de suspensión recordaron que podrá tener consecuencias económicas para el Consistorio si los promotores reclaman una indemnización por los perjuicios que les cause.
Otro edil, el representante de NaBai que junto a dos compañeros de grupo de la alcaldesa (Independientes de Arre) había pedido la celebración del pleno, no pudo votar. Se lo advirtieron la propia Carola Gutiérrez y la secretaria al considerar que se ve beneficiado por el acuerdo. Junto a la paralización de licencias de obra se impiden derribos en suelo forestal. Según dijeron, él tendría una construcción ilegal en término de Maquirriáin.
La sesión, en cualquier caso, evidenció la división que ha supuesto el proyecto entre vecinos y en la corporación. Los ediles que se oponen al proyecto cuestionaron incluso unas obras que se han hecho para proceder a un estudio geotécnico. Un informe del arquitecto aclaró que era consecuencia de la autorización que dio el Gobierno foral dio en julio para construir la cartuja en Náguiz y que el permiso, por tanto, era de su competencia. Después reclamaron la suspensión de actuaciones en suelo forestal. Pidieron que se espere al plan municipal y al uso que dé a cada suelo.
Les apoyó el grupo del anterior alcalde, una agrupación de concejos. Frente a ellos, la alcaldesa y dos de sus socios de otra formación independiente se refirieron a los informes que habían pedido a los redactores del plan y al letrado urbanista José Iruretagoyena. En todos ellos se hablaba de que no existen incompatibilidades con la calificación dada al suelo de Náguiz (forestal) y la construcción de la cartuja. También hablaban de la indemnización económica que acarrearía (un concejal la valoró en 30 o 40 millones de pesetas).
Los corporativos reflejaron sus diferencias también en asuntos formales, como el incorrecto enunciado del orden del día o la realización de una votación nominal ante las consecuencias de la decisión acordada. La alcaldesa explicó que el promotor había anunciado junto al proyecto la contratación de trabajadores del valle y el arreglo de caminos.
fuente :"Diario de Navarra"
En ese paraje maravilloso de Nagiz no se debería permitir ninguna construcción privada. Está claro que para Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, las figuras que protegen el territorio no cuentan para nada, el ejemplo lo tenemos también con la cantera de magnesitas en el LIC-ZEC Monte Alduide en Zilbeti y con Larra. Respetar el medio ambiente, que es de todos y está al servicio de todos debería ser una obligación de nuestros gobernantes.
ResponderEliminarEzkaba