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jueves, 7 de octubre de 2010

Cartuja de Nagitz, lugar de oración para unos, negocio inmobiliaria para otros


Joaquín Elizalde, junto con su mujer, son propietarios de los terrenos donde se pretende construir una cartuja. A su vez, Joaquín Elizalde es quien asesora a la Orden Religiosa de la Cartuja en su propuesta de dejar Zaragoza para instalarla en un lugar más alejado del bullicio urbano. En su condición de asesor, es el que ha aconsejado modificar la idea original de irse a los Monegros por la de instalarse en los terrenos propiedad de dicho señor en Nagitz, todo ello a cambio de que la citada orden religiosa le ceda todos los terrenos y demás bienes que tienen en Zaragoza.

¿Por qué no a los Monegros si puede resultar mucho más barato para ellos? Está claro que no es por dinero, si alguien posee dinero y propiedades es la orden religiosa, sino porque el señor Elizalde está detrás del negocio de su vida.

Así las cosas, el fundamento del debate ya no está tanto en si la orden de la cartuja tiene derecho o no a realizar su proyecto en el señorío de Nagitz con las consecuencias que todo ello conlleva para el valle, sino si el valle de Ezkabarte y su Ayuntamiento, como directo responsable de defender el interés general, están dispuestos a asumir dichas consecuencias sólo por favorecer el interés de un particular.


Me consta que entre los fines de la actuación pública con relación al territorio se encuentran los de defender y proteger los espacios, recursos y elementos naturales, así como las riquezas con relevancia ecológica para impedir la alteración o degradación de sus valores naturales y paisajísticos. Asimismo, que la potestad del planeamiento ha de actuarse siempre en aras del interés general. Ninguno de estos principios se ha tenido en cuenta en este caso.

Más bien al contrario, es evidente que la construcción de la cartuja aporta pocos o ningún beneficio al valle, ni de interés general ni económico, ya que estas edificaciones, en principio, están exentas de todo tipo de pagos al Ayuntamiento. Además, nos van a cerrar a cal y canto todas las hectáreas donde se les conceda la construcción, y si pueden más, nos vetarán el acceso a nuestro maravilloso monte, mucho me temo que si se permite este atropello la forma de vida del Valle de Ezkabarte sufrirá un sustancial giro.

¿Cuál ha sido la actitud de la alcaldesa, el teniente de alcalde y el departamento de Vivienda y Ordenación del Territorio del Gobierno de Navarra en todo este proceso? Intentar por todos los medios que el proyecto salga adelante obviando, si es preciso, la voluntad del Pleno, que se mostró contrario a la modificación del planeamiento para poder dar cabida a este proyecto.

Conviene recordar que, mediante Resolución 1182/2009 de 28 de julio del director general del departamento, se informó desfavorablemente la construcción de la cartuja, y entre los argumentos que en ella se contienen se encuentra el de que la cartuja no puede ser autorizada en suelo forestal. En consecuencia, el Pleno del Ayuntamiento, del 5 de noviembre de 2009, votó en contra de la modificación del plan municipal. Contra este acuerdo, el representante legal de la orden presentó recurso de alzada ante el Tribunal Administrativo de Navarra y, sin dar tiempo a la solución del recurso, el departamento dicta nueva Resolución nº 1036, de 6 de julio de 2010, por la que, a la vista del informe favorable del arquitecto municipal, autoriza la construcción de la cartuja. Según ellos, ya no es precisa la modificación del planeamiento urbanístico y, por tanto, bastaría con la licencia de obra municipal para que se pueda proceder a su construcción.

Por José Antonio Arandigoyen Leorza, Concejal de Nafarroa Bai en el Ayuntamiento de Ezcabarte.

fuente :"Diario de Noticias"


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