Nos encontramos también con todo esto en la Trinidad.
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La verdad es que están muy bien, son de piedra tallada y casi estoy seguro de que más de uno desaparecerá porque la verdad, son muy apetecibles. Es algo que cualquiera quisiera tener en el jardín de su casa. Ojalá me equivoque y los respeten porque son verdaderamente de chapeau.
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